Cristóbal Colón

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Cristóbal Colón

Cristóbal Colón nació en Genova, Italia, allá por el año de 1451. Fue un navegante cartógrafo y exitoso vendedor de seguros al servicio de la Corona de Castilla famoso por descubrir América el 12 de octubre 1492, por haber sido el primero en poner un huevo de pié y por inventar el telemarketing. Su llegada a América impulsó decisivamente la expansión mundial de Europa y la colonización de gran parte de las zonas que quedan en las afueras del DF, en su mayoría pobladas por paracaidistas. Se cree que su verdadero nombre era Cristoforo Colombo. Yo, después de realizar mis investigaciones, llegué a la conclusión de que su nombre, originalmente, era Crisantemo Rodríguez. Claro que lo cambió a Cristóbal Colón cuando decidió hacerse de fama, por aquello del glamur. Su antropónimo inspiró el nombre de Colombia y dos regiones de Norteamérica: la Columbia Británica en Canadá y el Distrito de Columbia en EE UU. Un médico, enemigo suyo, decidió usar el nombre de Colón para llamar a una parte del intestino. Pero como éste médico era del seguro social y su ortografía era menos que despreciable y lastimera para los ojos, olvidó usar el acento y lo llamó sólo colon. Se hizo su enemigo por un lío de faldas: Colón quería exactamente la misma falda que el doctor y sólo quedaba una en las rebajas del Palacio de Hierro. Colón se la llevó.

Origen

El origen de Colón había sido todo un enigma por haberse perdido mucha documentación y los intereses de varias provincias por adoptarlo como hijo honorable. Unos decían que era de Narvarte y otros tantos afirmaban que era de la Del Valle (ambas, colonias de México DF) Después de analizar la caligrafía en sus cartas, los giros lingüísticos con los que se expresa y sus ideas, he llegado a la conclusión de que Colón era de origen sefardí y de familia asentada en Polanco.

Perfil histórico

Al parecer, Colón sostenía que podía alcanzarse las Indias (eso era lo que quería; alcanzarse unas Indias para él mismo) desde Europa viajando hacia el oeste y que era posible realizar el viaje por mar con posibilidades de éxito en cruceros que tenían ofertazas. Los cruceros se anunciaban así: ¡Viaje ahora, pague hasta la colonia! En ese entonces, los portugueses estaban buscando una ruta directa a Asia oriental bordeando África, pero no permitían la intromisión de naves de otras naciones o planetas en sus aguas.

Los antiguos griegos (Eratóstenes, abreviatura de era todo así entonces) se conocía la circunferencia de la tierra gracias al GPS, tecnología perdida en el medievo. Al parecer la hipótesis de Colón sobre la posibilidad del viaje se basaba en cálculos erróneos que hizo en una servilleta de VIPS, que suponía era más pequeña de lo que realmente es.

Otras teorías sostienen que Colón había oído, por habladurías de marinos que frecuentaban su bar favorito, el Blue Oyster, sobre la existencia de tierras mucho más cercanas a Europa de lo que se suponía científicamente que estaba Asia y que emprendió la tarea de alcanzarla para vender seguros sin depender de aseguradoras de Génova ni de Portugal. Específicamente, la teoría del prenauta sugiere que durante el tiempo que Colón pasó en las islas portuguesas del Atlántico, mismas que tenían un ambiente parecido a lo que hoy se vive en el carnaval de Nueva Orleans, se hizo cargo de un marino portugués o español muy varonil; con bigote de byker, ropa ajustada de cuero, musculoso, cariñoso y besucón cuya carabela había sido arrastrada desde el golfo de Guinea hasta el caribe por las corrientes. Para algunos historiadores podría tratarse de Alonso Sánchez de Huelva, pero a mí, sólo me dio hueva.

La búsqueda de patrocinio

Por 1483 ó 1484 presentó ante el rey Juan II de Portugal éste proyecto, que fue rechazado, porque entonces estaba el rey intentando alejar a Castilla de sus colonias, ya que ésta estaba a punto de terminar su reconquista y su poder ya era bastante como para competir en ventaja con Portugal. La verdad, el rey Juan II de Portugal, veía rarito a Colón por que usaba una faldita muy cortita y unas mallas color piel y no quería contratarlo por ser homofóbico.

No le quedó de otra, tuvo que acudir a Castilla. Se llevó a su hijoDiego Colón a palos a Palos de la Frontera (Huelva), en 1485. En el vecino monasterio de La Rábida, hizo amistad con fray Juan Pérez y fray Antonio de Marchena, a quienes confió sus planes. Los frailes lo apoyaron y prometieron recomendarlo al rey a cambio de unos seguros de vida gratuitos y uno contra incendio para el monasterio, mismo que se quemó al poco tiempo. Una vez cerrado el trato, le hicieron palancas con el fray Hernando de Talavera, amant... confesor de la reina Isabel I.

Si bien al Real Consejo le valió cacahuate su proyecto, consiguió ser recibido, gracias al las palancas de Talavera, en enero de 1486, por la Reina Isabel, a quien expuso sus planes. A la reina no le importaban sus planes, pero pensaba que Colón era apuesto y el hecho de que era viudo le excitaba. Fingió interés, pues, pero quiso que, previamente un consejo de doctores, presidido por Talavera, diera un dictamen sobre la viabilidad del proyecto, mientras asignaba a Colón, pobre de recursos, una subvención de la corona.

Para que el consejo de doctores aprobara el proyecto Colón tuvo que llevar su acta de nacimiento, original y copia, último comprobante de domicilio y como no había teléfono tuvo que mostrar a su paloma mensajera. Mostró original y copia de su pasaporte, número de seguro social, currículum vitae, carta que mostrara que no tenía crédito hipotecario, formas de todos los colores y con todos los sellos habidos y por haber. Después de todos los molestos trámites, el Consejo se reunió en la Universidad de Salamanca y, basándose en la circunferencia aceptada de la Tierra desde Eratóstenes, que era de 252.000 estadios (tomando el estado egipcio, tendría un error del 1% sobre la medida aceptada hoy en día de 40.000 km) pensaron que era absolutamente imposible un viaje así.

Colón, desilusionado se fue a una cantina a beber oporto y anís. La reina al enterarse de los resultados mandó a llamar a Colón. Colón, que había tenido que vender mapas, libros, fierro viejo y tamales Oaxaqueños para pagar la renta, acudió de inmediato a ver a la reina.

En diciembre de 1491, Colón fue a ver a la reina, misma que le dijo que hablándole bonito a su majestad, todo se podía. El pobre, después de haber pasado difíciles meses estaba algo confundido y le explico a la reina que no tenía ni un doblón. La reina, impactada por su estupidez le dijo; “Sois un merluzo, mi queridísimo don Cristóbal. Cuando os mencioné que me hablaseis de forma galante, estaba siendo sutil pues lo que yo deseo es que vosotros me llevéis a cenar al museo del jamón y después me hagáis es amor como nunca lo habéis hecho” Caso perfectamente comprensible, pues, el rey pasaba mucho tiempo negociando con moros y cedía ante una cordobesa morena y bien formada de vez en cuando. Colón, que aún recordaba el afecto de los frailes que le ayudaron, aceptó de mal modo la ofrenda de la reina.

Dicho, pues, al terminar, la reina le entrego algunas de sus joyas para que las empeñase. Dado que era diciembre, el pobre de Colón tuvo que hacer larga fila y espera en el monte de piedad puesto que el aguinaldo no se había inventado y toda la gente quería un pavo para cenar en navidad.

Una vez con dinero en mano, Colón acudió al rey y le comentó que el aportaría dinero y que dirigiría la expedición, lo que constituía una garantía.

Las negociaciones entre Colón y la Corona se realizaron a través de un interventor de la secretaría de gobernación, Juan de Coloma, mismo que diera fe y legalidad al asunto. El resultado de las negociaciones fue publicado en el periódico El Universal el día 17 de abril de 1492.

Por este documento Colón obtenía las siguientes prebendas:

El título de Almirante y cuarto bat en todas las tierras que descubriese o ganase en el mar Océana, con carácter hereditario y con el mismo rango que el Almirante de Castilla.

El título de virrey (hereditario como la calvicie), gobernador general de todas las islas o tierras firmes que descubriera en dichos mares, recibiendo el poder de abrir los negocios y cadenas de restaurantes de comida rápida que el quisiese.

El diezmo del producto neto de la mercadería comprada, ganada, hallada o trocada dentro de los límites del Altamirazgo, quedando un quinto para la Corona y obviando los pagos de uso de suelo, afiliación al IMSS, predial, tenencia y otros impuestos ridículos.

Las capitulaciones fueron firmadas en Santa Fe de granada el 30 de abril de 1492, a la vez que se concedía a Colón el título de don.

Se despacharon diversas cédulas para la organización del viaje. Según la agencia de viajes, Colón sería Capitán Mayor de la Armada, constituida por tres navíos. Otra cédula decía que vecinos de la colonia Buenos Aires de la villa de palos debían proporcionar dos carabelas (de esas que se robaban cuando paraban en el puerto) equipadas y tripuladas.

Cuando Colón llegó a la Villa de Palos, se encontró con la oposición de los vecinos, que desconfiaban del hombre que vestía como señora. La Real Provisión dirigida a Diego Rodríguez Prieto y otros vecinos de Palos fue leída en la puerta de la Iglesia de San Jorge, donde estaba situada la plaza pública, llena de puestos ambulantes que, aunque los vecinos se quejaban, los “artesanos” se mochaban con el presidente municipal para que no los quitara de su lugar (¿Suena conocido? ¿Coyoacán? ¡Noooo!

También hubo problemas al momento del reclutamiento de marinos, pues creían que serían atacados por bestias mitológicas en el mar: Calamares gigantes, serpientes de varias cabezas, Fabiruchis… El problema rápidamente se solucionó cuando los religiosos de La Rábida, en especial fray Juan Pérez y Fray Chiken, de la orden familiar, lograron solucionarlo, al pasarle a Colón el e-mail de Martín Alonso Pinzón, destacado navegante local y maestro de ballet, que apoyó la posibilidad del viaje, contra lo que la gente pensaba del proyecto. Pinzón puso también, de su hacienda personal, medio millón de maravedíes (Casi un dólar de hoy en día), la tercera parte de los gastos en metálico de la empresa. Una vez logrado el apoyo de Martín Alonso y sus hermanos, el resto de la marinería necesaria para la empresa fue más dificil de reclutar. Destacadas familias de marineros de la zona, como los Niño de Moguer, los Quinteto de Palos, y otros marinos de prestigio fueron decisivos para el definitivo reclutamiento de marinos. Al saber que había un reconocido maestro de ballet, poco tardaron los marineros en enlistarse para semejante aventura.

Viajes a América

Primer viaje (3 de agosto de 1492 – 15 de marzo de 1493)

Finalizados todos los preparativos, la expedición zarpó de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de agosto de 1492, con las carabelas La Niña, La Pinta y con la nao Santa María.

La Santa María

No se trataba de una carabela, en contra de lo que la apelación colectiva tradicional de las “Tres Carabelas” afirma. Se trataba de una carraca (nao en el lenguaje náutico español de la época). Con sus tres palos era una carraca menor construida, al parecer, en Galicia (Razón por la cual se iba a llamar La Gallega. Pero, a la hora del bautismo, pasó una mujer que estaba muy bien dotada de aquí y de allá y Colón se distrajo un momento al verla justo cuando soltaba la botella de sidra que se usa en la tradición de poner nombre a las naves y cuando vio a la mencionada dama musitó: ¡Santa María!) y era propiedad de Juan de la Cosa (Si, la cosa). De acuerdo con las normas de estiba de entonces, la Santa María podía llevar una carga de 106 toneladas de la época (51 actuales)

En el palo mayor se castigaban a los marineros que no hiciesen caso o no trabajaran con ganas. Casualmente, todas las noches todos se portaban mal, aunque aquello significara ser castigados en el carajo con un compañero y abandonados en soledad por toda la noche.

La Pinta

Sólo se sabe de esta embarcación que antes de ser usada para viajar a América, se le utilizaba para hacer pachangas marineras y llevar turistas ebrios a la roqueta.

La Niña

Era una carabela de velas latinas que pertenecía a los hermanos Niño de Moguer, de ahí su nombre. Antes de formar parte de la expedición su denominación era la Santa Clara. Esta embarcación se construyó en los antiguos astilleros de Iztapalapa entre 1487 y 1490. Fue utilizada en los canales de Xochimilco durante dos años antes de unirse a la flota bajo el mando de Colón. Estuvo presente en las tres primeras expediciones de Colón. La Niña fue capturada por corsarios berberechos a la vuelta del segundo viaje, pero la liberaron con todo y tripulación al ver que no cargaba ron ni tabaco. Según dicta la leyenda, la reacción de la tripulación y sus habilidades como antiguos contrabandistas de crac les ayudaron a evitar ser atrapados.

Segundo viaje (25 de septiembre de 1493 – 11 de junio de 1496)

Partió de Cádiz y se realizó para explorar y colonizar los territorios a los que había llegado Colón en su primer viaje. En este viaje todo fue mejor, pues, los marineros seguían peleando por estar en el carajo, fumando habaneros y tomando sotol. Llegaron a la isla de Puerto Rico el 19 de noviembre.

Tercer viaje (30 de mayo de 1498 – 25 de noviembre de 1500)

En este viaje, Colón partió desde Sanlúcar de Barrameda capitaneando seis barcos y un jetski y llevando consigo a Bartolomé de Las Casas, quién después escribiría su best-seller titulado “Transcripciones de los Diarios de Colón” mismo que, con la fiebre del nuevo mundo, logró romper récords vendiendo más que ningún otro libro en España, desplazando a La Biblia al segundo lugar y el libro de ese año de Stephen King al tercer puesto.

Cuarto viaje (11 de mayo de 1052 – 7 de noviembre de 1504)

Nuevamente partió de Cádiz. Exploró las costas de los actuales Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, así como el golfo de Urabá en la actual Colombia. Desde el golfo de Urabá intentó retornar a La Española, pero una tormenta lo hizo desembarcar en Jamaica, donde permaneció muy alegre hasta 1504. Durante esos dos años, convivió mucho con los locales. Aprendió a tocar el calipso, hacer porros (a los que se aficionó), bailar reggae y hacerse rastas.

En 1503, en su último viaje por las Antillas Mayores, descubrió las islas llamadas actualmente Caimán Brac, La Roqueta y Pequeño Caimán (pues Colón nunca vio la isla de Gran Caimán), que recibieron el nombre de Las Tortugas. Se les dio ese nombre por las famosas tortas de bacalao que preparaban allí.

Relaciones con los indígenas americanos

Siguiendo las costumbres vigentes en esos tiempos, las relaciones de Colón y sus hombres con otros pueblos y tierras se regían por las posibilidades de conquistarlas para el reino al que representaban y hacerse de las indias: “Una india para mí, una para ti… él tiene una casa muy grande, dadle tres indias. Una para Jerónimo…” y así se las repartían.

Pensando, al principio, que se hallaban en tierras del Gran Kan, intentaron tomar posiciones militares defensivas y entablar contacto con algún rey, pero no encontraron nada parecido y comprobaron poco a poco que poseían una gran superioridad armamentística sobre los indígenas y que éstos desconocían las palabras “Gran Kan” y “Big Mac”. Atribuyeron ese desconocimiento a un muy bajo nivel cultural de los indígenas, mismo que se reflejaba en el nulo uso de la rueda y lo mal que combinaban esos taparrabos con su maquillaje de caza y/o de uso ceremonial. Fue así como dedujeron que la conquista del nuevo territorio sería de gran facilidad. Así lo demostraron en los telegramas que enviaron a sus monarcas.

Colón no tiene la culpa o estupideces de la gente traumada por algo que a ellos ya ni les afectó.

El 12 de octubre de casi todos los años, no falta algún brote de gente inculta que dañe monumentos a Colón en México.

El 12 de octubre de 2004, fecha que el gobierno de Venezuela considera como Día de la Resistencia Indígena, el Consejo Nacional Indio, en representación de las 36 etnias indígenas venezolanas, solicitó que se quitaran las estatuas de Cristóbal Colón y que las mismas fueran sustituidas por la del cacique Guaicaipuro que resistió la invasión española. Ese mismo día un grupo de activistas indígenas derribó la estatua de Colón ubicada en Caracas.


3 comentarios:

Chateau Demex dijo...

Ese cuarto viaje ha de haber sido todo un jolgorio! con una duración de más de 452 años!! y lo más cabrón, zarpando antes de su existencia!! Jajaja Muy interesante, deberías de mandarlo a la SEP para que los pongan en lugar de los capítulos de los libros de texto gratuitos. Chido!

Manuel Menéndez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Manuel Menéndez dijo...

Lo ves? Colon no era tan bestia como la gente cree. Solo... un tanto incomprendido